La oralidad tiene garantía en el pueblo. Hay que saber escuchar.

sábado, 31 de octubre de 2009

María en el Cielo, por Alberto Durero (1471-1528).


BAUTISMO DE LUNA. Susana Yáñez Latorre.

Un criterio para seleccionar el objeto de una investigación es el interés que exista en su relevamiento a los efectos de desentrañar algo acerca de la sociedad. Los comportamientos sociales no visibles, tomados como rituales son de extraordinaria importancia, no solo por salvar el rasgo folklórico del olvido, es decir la pérdida del hecho en si que no será traspasado a otra generación, sino porque rastreando su origen llegamos a esa urdimbre de culturas en  que estamos inmersos.En todos los pueblos y en todos los tiempos, hay siempre un núcleo de hechos folklóricos que persisten con una fuerza conservadora indiscutible.El el año 1981, comencé el relevamiento de la presentación de los niños a la luna y dado que se realiza para que los "amadrine", le he llamado simplemente "Bautismo de Luna".Fueros investigados los diecinueve Departamentos de la República Oriental del Uruguay, basándonos en datos de informantes del medio urbano y rural.La primera vez que  lo presencié , contaba yo con trece años y como de hecho me interesaba todo, observé en casa de una viuda que había sido recientemente abuela, como sacaba a la pequeña de la cuna y através de los vidrios de la cocina la mostraba a la luna murmurando o rezando. Ese momento fue para mi tan mágico que aun hoy,  cerrando los ojos puedo ver la mujer, la niña y escuchar el rezo.El material recolectado en esta investigación está basado en interrogatorios que comienzan siempre con otros temas hasta crear la confianza para hablar de algo que se considera personal. Hay que esperar para atrapar un dato, tanto la charla que no atañe al tema como los interminables silencios que el informante pauta hasta que  los quiebra con pequeñas entradas en la conversación; "Y si" o "ta bueno"... hasta que de pronto salta a un tema más profundo que es el corredor a nuestra búsqueda.Se empleó una observación sistemática y directa, con una permanencia en el lugar relevado de dos o tres días.Para entrevistar trecientos cinco informantes, se siguieron tres métodos:a)Contacto con las personas más ancianas del lugar.b)La visita si hay en la zona a curanderos, yuyeros, comadronas.c)La selección al azar de dos manzanas por barrio.
La narración y recolección del Bautismo de Luna pretende ser un aporte más al descuidado folklore nacional.

LA LUNA COMO OBJETO DE ESTE ESTUDIO.

La Luna desempeña un importante papel en las iniciaciones donde aquel que se inicia se convierte en “un hombre nuevo” o adquiere un rol social que lo habilita a continuar la vida dentro de su comunidad.
Generalmente, los ritos iniciáticos son secretos y se realizan al llevar a una etapa determinada de la vida, tan secretos como puede ser también la asignación del nombre verdadero o las palabras de rol.
Entre otros, los Ona, consideraban las manchas de la luna como huellas dejadas sobre la cara lunar por las bofetadas que el sol le dio a su esposa porque esta reveló secretos de la iniciación.
Coluccio, Félix. Diccionario de Creencias y Supersticiones. Bs. As. Corregidor (1984: p. 251).
Muchos pueblos desde tiempos antiguos han iniciado sus integrantes presentándoles al nacer ante los astros que consideraban sagrados.
Los Pieles Rojas, tenían una oración dirigida a las potencias de los cielos para la seguridad del niño desde la infancia hasta la vejez. El día octavo después del nacimiento de un niño Omaha y antes de que recibiera el nombre, el hechicero presentaba el niño al cosmos recitando el siguiente parlamento:
"¡Oh! vosotros, Sol, Luna, Estrellas y todos los que os movéis en el firmamento, os suplico que me oigáis!
a  vuestro seno ha venido una nueva vida, Consentidlo! os lo imploro, allanad su camino para que pueda llegar a la cima de la primera colina!"
Harris Salomón, Julián. Arte y costumbres de los Pieles Rojas. Barcelona, (1945: 224). 
Existen varias creencias relacionadas con la luna y el embarazo, en parte por la determinación de contar el tiempo en lunas y afirma la creencia popular que "si la mujer embarazada llega a completar diez lunas de embarazo hay derecho a esperar el nacimiento de un gran hombre"
Coluccio, Félix Diccionario de Supersticiones Bs. As. Corregidor (1984: p.182) Vicuña Cifuentes, Julio Mitos y Supersticiones. Estudios del Folklore chileno. Santiago Nascimento (1947: p.163).
Se cree además que una mujer que conciba estando la luna es su fase nueva, parirá un niño mientras que si fase es el último cuarto menguante, será niña.
Se releva para Santiago de Chile que "los padres pueden saber en cualquier tiempo el sexo del hijo que ha de seguir al último nacido. Si este vino al mundo cuando la luna estaba en menguante, el que le siga será de su mismo sexo y de sexo diferente si la luna estaba en creciente. Esta ley la formulan así: Menguante, semejante, creciente, diferente" .
Vicuña Cifuentes, Julio Mitos y Supersticiones. Estudios del Folklore chileno. Santiago Nascimento (1947:  p248).
En el siglo XVIII la Astrología  estaba tan vinculada a los nacimientos que era común, sobre todo entre la clase pudiente, la consulta a un astrólogo que diría bajo que constelación nacería el niño y marcaría la influencia lunar sobre dicho momento.
En el Libro de los Destinos, cuya propiedad fue atribuída al Emperador Napoleón, encontrado en 1801 en una de las tumbas reales del Alto Egipto cerca del Monte Libico, se dan pronósticos completos sacados de las fases de la luna que marcan el carácter del niño y sus futuras actividades.
La luna se consideró un elemento potente, tanto cuando está presente como cuando desaparece. El temor a los eclipses es uno de los elemntos más estudiados por el folklore etnográfico.
Figura para el antiguo México la idea de que los niños nacidos durante un eclipse de luna se convertirían en ratones.
Nicolay, Fernando. Libro de las Creencias. Bs. As. (1946: p. 218).
En Chile, las personas que muestran en la cara una mancha oscura, entre negra y violácea, nacieron según se cree con este estigma porque sus madres durante el embarazo tuvieron la imprudencia de contemplar algún eclipse de luna o sol. Vicuña Sifuentes, Julio  Mitos y Supersticiones. Estudios del Folklore chileno. Santiago Nascimento (1947; p. 167).
La República Dominicana tiene también esta superstición. Andrade, Manuel José Folklore de la República Dominicana. Universidad de Santo Domingo. Montalvo. T. II (1948: p. 576).
En Venezuela, si la mujer embarazada ve un eclipse, el niño nacerá con una mancha roja en la cara. Acosta Saignes, Miguel Estudios de Folklore Venezolano. Facultad de Humanidades y Educación. Universidad de Venezuela. Caracas (1962: p. 145).
En la Europa Medieval, regiones como la Baja Bretaña, consideraban que la luna era capaz de hacer concebir a una mujer y para contrarrestar el peligro, las jóvenes ponían especial cuidado de no salir de noche y de hacerlo debían cubrirse la cabeza.  La luna también castigaba a las muchachas bretonas que no se ocultaran para hacer sus necesidades, haciendo que concibieran sin tener relaciones.
Esta potencialidad lunar es reconocida por muchas culturas. Los esquimales piensan que con solo mirar de frente la luna llena, una mujer puede concebir. Para ellos, existe el espíritu de la luna que tiene facciones humanas y el poder de hacer fecundas o estériles a las mujeres.
Señora de "todas las cosas vivas", la luna ha tejido todos los destinos y en el velo cósmico se encuentra inscripto el porvenir de los hombres. Este es el velo que lleva Isis, diosa lunar de la fecundidad.
Homero en la Odisea nos presenta las hiladoras lunares, las Moiras. Con la rueca y el huso en la mano, van hilando el hilo de la vida.
El hombre ha tratado en todos los tiempos de prolongar ese hilado y busca para ello diversas protecciones.
Aún hoy puede relevarse en nuestro país una presentación formal del recién nacido a la divinidad celeste.

DESVIACIONES DEL CULTO RELIGIOSO. AGUA DE TIEMPO.

Cada etapa de la vida da lugar a determinados usos y costumbres familiares. El nacimiento, provoca una serie de pensamientos y sentimientos mediante los cuales se trata de salvaguardar al recién nacido de todo los peligros posibles.
Este pequeño ser, sale a la luz, cargado de herencia y predestinación. Según reza un viejo proverbio árabe "el hombre nace con su propio destino encima".
Se ha considerado por ello muy importante crear alrededor del niño las condiciones más favorables.
Las prácticas de bautismo son una de las formas de asegurar en primer término la posibilidad de salvación frente a un posible peligro de muerte, "ahorrarle al niño el limbo" según palabras de un informante y en el caso del bautismo lunar lograr protección para el crecimiento y la felicidad.
Muchas de las ceremonias preventivas podrían quizá colocarse o pensarse dentro  del marco de la superstición, tomando para ello la definición de que la superstición es una desviación del sentimiento religioso por la que uno se ve llevado a crearse falsas obligaciones, a tener temor de cosas que no deben ser temidas o a poner la confianza en otras que son vanas.
La superstición puede en este caso ser definida como un sentimiento para religioso que empuja a observar ciertas reglas, a cumplir ciertos gestos, a pronunciar ciertas palabras con el fin de atraer la salud o alejar la  muerte.
Por ejemplo, el bautismo "sin Cura" es decir no oficiado por sacerdote, es una ceremonia de desviación del culto cristiano a la que se atribuye una acción preventiva y liberadora. Sobre este punto, una informante nacida en Artigas en 1890, me indicó que sus diez hijos antes de haber sido presentados a la Luna habían sido bautizados con "agua de tiempo" por creer que la misma tenía más fuerza. Esa agua, muchas veces es juntada la noche de San Juan y guardada para estos casos y para alejar las tormentas.
En Venezuela, el bautismo religioso se realiza cuando el niño cumple un año, pero es común que a los pocos días de nacido le pongan agua bautismal sus dos padrinos, o su abuela para "que no muera moro" y los padrinos reciben el nombre de "padrinos de agua"- Aretz, Isabel (1957: p.98)
Este tipo de ceremonia se realiza antes de que el niño cumpla la semana de vida por temos a que muera con el llamado "mal de los siete días",
Según informaciones recavadas en el Hospital Dolores Pereira de Rossell, se denomina así al plazo de incubación del tétano en el cordón umbilical cuando el recién nacido se halla en condicones precarias.
Como respaldo literario, podemos citar el llamado "mal de los siete días" mencionado por un médico español que atendió casos en nuestro país atribuyéndolo a enfermedades del ombligo. Mombrú, Pedro M. (1869:p.475)

El "mal de los siete días" es el tétano producido por la caída del ombligo no bien curado de los recién nacidos. Granada, Daniel (1896:p.547)
Para ilustrar la ceremonia de agua de tiempo, tomaremos el relevamiento de un médico en el área rural: "elijo los padrinos, expresa el informante, y se hace lo siguiente: la madrina toma tres ramitas verdes de malva o de pitanga o cualquier otra planta que no sea mala y se van miojando de a una en el agua del río que es como agua bendita. El padrino se persigna con una de esas varitas y dice "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" y tira las varitas para atrás por encima de la cabeza. Así con las tres varitas. Luego los padrinos se abrazan con los padre. Mire yo aquí nunca he visto un bautismo con Cura" Braceiro Diez, Héctor, (1975:p.31)
El ritual de presentación a la Luna difiere en la finalidad. Es una práctica mediante la cual se pone al niño en armonia con las influencias del cielo y así se evita que la Luna, tan poderosa, "tome" o "alune" al pequeño o su ropa que hasta realizada la presentación formal no debe ser dejada al sereno.

Bibliografia mencionada
Aretz, Isabel. Manual del Folkore Venezolano. Biblioteca Popular Venezolana. Caracas, 1957
Braceiro Diez, Héctor. Supersticiones y Curanderismo. Montevideo, 1975.
Granada, Daniel Supersticiones del Río de la Plata. Montevideo, 1986
Mombrú, Pedro. El regenerador de la naturaleza. Tomo II. Barcelona 1869

DESCRIPCION DE LA CEREMONIA

Para asegurar la protección "potente" de la Luna, la criatura deberá serle mostrada o "presentada" durante la fase correspondiente a la Luna nueva.
Nuestro satélite recorre el zodíaco en el espacio de un mes sideral y hay Luna llena cuando el Sol y la Luna están opuestos en el zodíaco y Luna nueva cuando ambos están unidos.
Es decir que se llama Luna nueva a la Luna en el tiempo de su conjunción con el Sol.
En el folklore, hay una regla para conocer la edad de la luna o como dicen los informantes si es nueva o vieja. "Luna creciente, puntas a Oriente, Luna menguante, puntas adelante"
Una informante me relató que ella sabía los días de la luna mirando a través de una tela y este dato tiene su garantía literaria en los relevamientos de Julio Vicuña Cifuentes para Chile donde recava "para saber cuantos días tiene la Luna, se la mira  al través de la falda de la camisa y según el número de rayas que cruzan el disco, otros tantos serán los días que tiene"
Son muchas las respuestas que se me han dado con respecto a las fases de la luna en que el niño debe ser presentado: "sin ser la llena, la otra", "no debe ser amarilla, la Luna nueva es blanca" mientras que otros informantes no dan importancia a la fase de la Luna sino a que el niño sea presentado lo antes posible.
Es entonces que una vez producido el nacimiento, con el espacio que media hasta la Luna nueva, o luego del séptimo día, o luego del mes, se efectúa la "presentación".
Algunos lo hacen una sola vez pero la mayoría lo hacen durante tres noches. Las repeticiones de curas, santiguados y mediciones, generalmente se hacen tres veces, por la importancia potencial del número en la conciencia popular.
Las variaciones de la "presentación" estriban también en las fórmulas de oración utilizadas  y las partes del niño que serán mostradas. Se presta mucha atención a decir la oración sin errores, para no llevar a equivociones según dicen, pero ese rasgo también en común en el folklore a punto tal qu elas oraciones largas se dicen entre dos.
Una de las condiciones de investigar  folklore es respetar la importancia del informante por ello voy a transcribir las fórmulas y sus explicaciones en forma textual.


Informante:  María Esther Fernández Peña.

Departamento de Durazno
Edad: 68 años
Aprendió la fórmula de su abuela que era indígena.
 -¿Para qué hace usted esta presentación?
-"Contra los ojeos, las enfermedades y esas cosas"
-"Son supersticiones antiguas vio? Se sucede que desde que sale la Luna hasta que se dentra se la pasa llorando porque el sereno de la Luna le hace mal. Se hace para evitar el intuerto que es el tomado por la Luna".
-"La ropita si se la agarra el sereno y hay Luna sufren de contracciones y dolores de barriga, presentándosela a la Luna tres veces es como una protección. La criatura que no se entregue a la Luna no dormirá"
-¿Como debe estar el niño?
-"Vestido, de frente a la Luna"
-¿Lo presenta en silencio?
-"No"
-¿Se habla?
-"Si, debe decirse: Luna lunar
                           toma tu ar (aclara que es su poder)
                           mira mi niña
                           y ayudamela a criar" 
-¿Se dice algo más?
-"No"
¿La presentación termina ahí?
-"Te  das vueltaa de espalda y es con cualquier Luna pero la llena es peligrosa, mejor es la blanca madre. Puede pasarse también el niño en cruz y no debe mirarse hacia atrás después que se hace"
-¿Por qué?
-"No sé, la Luna tiene poder"
-Antes de presentarla, ¿deja la ropa afuera en la noche?
-"No, ni la ropa ni a la niña, ni la dejo tocar por la luz de la luna, pero si se me pasa tengo una manera para vencerla."
¿Me la puede enseñar?
-"No, no sé. Se lo voy a decir"
Se dice así: 
"Santa María parió tres hijas
una lee, la otra escribe, la otra cura
dolores de barriga, jaquecas, malestar
y otros malos oficios hechos con el Sol,
con la Luna, con las estrellas, con el fuego o con la noche.
Fulano... y lo nombra, yo te curo con el nombre de Dios,
Jesús, el Espíritu Santo y María Santísima"








 Bibliografía
Vicuña Cifuentes, Julio. Mitos y Supersticiones. Estudios del Folklore Chileno. Santiago, 1947

 

sábado, 19 de septiembre de 2009

COPLAS.


"Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.
Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.
Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad."
Manuel Machado

viernes, 14 de agosto de 2009

Así pasó

"Cuando vinieron, ellos tenían la Biblia
Y nosotros teníamos la tierra.
Y nos dijeron, cierren los ojos y recen.
Cuando abrimos los ojos
nosotros teníamos la Biblia
y ellos la tierra.
Marici Weu.
Guardianes de la tierra.
Pueblo Mapuche.



lunes, 18 de mayo de 2009

A MARIO BENEDETTI.

GRACIAS MARIO...
Estoy segura que será  Dios quien salga a recibirte, amigo mio.
A la Luz en busca de Luz.
Tal vez no te lo dije
pero siempre te quise;
con ese camuflaje
que confunde a los tontos y despierta matices.
Te converse una tarde
mientras me conversabas
en un tiempo remoto
de una Brecha pasada.
Reímos de una anécdota
donde siempre eras bueno
con secreta nostalgia
deletreada por dentro.
Tal vez no te lo dije
pero mi anecdotario
tiene tu tinte triste
sacado de Inventario.
Y de todas las ratas
que del barco fugaron
elegí siempre el mástil
decorado de albatros.
Hasta tu nombre tiene
doble significado.
Susana Yáñez Latorre.

jueves, 30 de abril de 2009

PRIMERO DE MAYO

Desplegadas al viento
banderas de bolsas hombreadas,
hombres banderas
mostrando su esfuerzo
en ronda de manos.
Los puños cerrados
abrieron el surco sembrando.
Primero de mayo
multiplica el sueño
de un mundo de hermanos.
Susana Yáñez Latorre.

FELIZ DIA A TODOS LOS TRABAJADORES.

sábado, 18 de abril de 2009

A Cipriano Santiago Vitureira a 102 años de su nacimiento..

Cipriano Vitureira, nació un 19 de abril de 1907 y falleció el 20 de octubre de 1977. Poeta y crítico, Vitureira se recuerda poco, a pesar de haber sido incluido en el nomenclátor de Montevideo cuando se cumplieron los cien años de su nacimiento.
Tiene para mí, el gran significado de haber tratado, en aquellas reuniones irrepetibles el "Las Nubes" de Amorín, a Cándido Portinari, de quien Vitureira escribe un libro que relata la visita del pintor a Montevideo.
Es un tema que me apasiona en la investigación y sin duda alguna un punto de contacto con Vitureira.
Otro punto de unión es su apego a la cultura negra y sobretodo con Nicolás Guillén.
Fue además Director de Bibliotecas Municipales, lo que me lleva también en lo personal a homenajear la fecha de su nacimiento.
Sus obras, "La siega del Musgo", "El libro de Susana", "Océano", "Arte Simple", "Esbozo de historia del arte pictórico en el Uruguay", "El dibujo de Adolfo Pastor" y otros trabajos donde profundiza sobre Antonio Machado, Cecilia Meireles, Manuel Bandeira, hacen de él un polifacético escritor.
Vitureira forma parte de la generación post-modernista, que junto a Basso Maglio, Jesualdo, Juan Cunha, Roberto Ibáñez, Sara de Ibáñez, Ortiz Saralegui entre otros comenzaron su fogueo del año veinticinco al treinta.
Donde quiera que esté, el recuerdo de siempre.

"Yo vivo tu taller, tu hogar y tu taberna.
De la costa de largas y sonrientes heridas
hasta el monte de breves heridas meditadas"
Fragmento de Conversación con mi padre, obrero linotipista.
El Popular, octubre 8 de 1957.p.3

sábado, 11 de abril de 2009

PEDRO EL FLACO. Vaimaca.


"MIRA FRUTOS, TUS SOLDADOS MATANDO AMIGOS."



11 DE ABRIL DE 1831- 11 DE ABRIL DE 2009.

sábado, 4 de abril de 2009

El vendedor de zapatos. Susana Yáñez Latorre


Cualquiera podía pararse en una esquina ofreciendo la venta, incluso de ilusiones, pero zapatos usados era un rubro difícil de trillar.
En cuanto tocaba el timbre de una puerta, la garganta se le apretaba.
Explicar el motivo del llamado era toda una odisea y más problemático aun contestar la pregunta obligada, ¿son de finado?.
¡Que tendría que ver de quien eran los zapatos si el que compraba la mercadería tenía tanta necesidad como él! Bah...pensó, no tanta porque yo uso y vendo estos zapatos, ellos solo los compran pero ganan el peso de otra manera.
Esta forma de vida era incambiada. No había un cobre en la calle, nada.
Con observar como se iba extendiendo la feria del domingo, ya se entendía que la cosa venía de hambre.
Miraban, no sabía aun si por curiosidad o por tanteo, pero les costaba preguntar el precio como si fuera un acto vergonzoso no tener para comprar zapatos nuevos.
El se adelantaba y les decía que se largaran con comodidad... pregunte vecina, no molesta, pero la gente era reacia.
Tenía a la venta un par de zapatos negros con tacones que de seguro se habían usado en los cincuenta. A él le gustaba pasarles el cepillo por la gamuza, acomodar la moña y exponerlos como si en ello residiera su vidriera.
A la lluvia le temía como al maligno.
Apenas comenzaba una garua su apuro se transformaba en urgencia por recoger la mercadería y llenar el bolso y eso sí, adiós venta.
Lo único permitido cuando llovía era recorrer las calles en busca de zapatos.
Para eso los barrios ricos servían más y aunque algunos los vendían por unos pocos pesos igual el negocio resultaba, porque el cuero, el modelo y el estado de la suela era mejor.
En un tiempo había anexado botones a su puesto de venta; tenía de todo tipo y hasta hebillas doradas y pulidas, pero se encariñaba tanto con ellos que se molestaba si alguien que no le gustaba se los llevaba.
La última caja se la compró una mujer interesada en todo. Llevaba los lentes colocados sobre la cabeza y miraba los botones con afecto. Por eso se los vendió.
Ahora tenía como veinte pares de zapatos alineados como soldaditos que como soldaditos también tenían su diferente clase.
Dos carteras de cuero y una de cocodrilo completaban el lote.
¡Zapatos! gritó, ¡zapatos! usados que parecen nuevos y no son de muerto sino de barrios ricos y de marcas caras.
¡Zapatos baratos! gritó.
Entonces volvió a ver a la mujer de los botones. y un escalofrío le recorrió la espalda.
Si me lleva la muestra pensó, ya no volveré a vender zapatos. Sus presentimientos nunca le habían fallado.
La mujer se acercó con el mismo interés de siempre y sonriendo le dijo,- los negros de gamuza y taco, esos que parecen de los años cincuenta, ¿a cuánto?.
Dudó en contestarle. Siempre sabía cuando venían los límites.
Los negros... a cien le dijo con cautela pensando que no los llevaría por caros.
Los compro, respondió la mujer con amabilidad y agregó, son iguales a los de Greta Grabo en "El velo pintado".
Así supo que había que cambiar de ramo.
Cuando se alejaron los zapatos, juntó todo y recorrió la feria.
¿Te vas temprano? le preguntaron varios.
Si, contestó, ya hice la mía.
¿Que tuya? le respondieron, si tus zapatos no valen un carajo.
Sonrió un poquito y se alejó pensando...que sabes vos si nunca conociste a Greta Grabo.
Susana Yáñez Latorre.

martes, 31 de marzo de 2009

EL PERFUME DE DIOS.



Había un olor especial en el aire.
Ninguna de las veces que se había desmayado lo había sentido. Era un aroma dulce pero pesado, igual al que despide un jazminero cuya flor está pasada.
En el patio la luz era difusa y las plantas parecían de un verde fuerte que en realidad no tenían.
Se sentía oprimida por la pena de estar sola y ni siquiera podía contar con los recuerdos porque después del ataque no se acordaba de nada.
Eran seis hermanos y "ella era una santa" pensó pero no recordaba el nombre de ninguna. "Papelito", le decían a la menor, pero no conseguía llegar al nombre.
Era mejor no tratar de acelerar las cosas esforzándose, ya vendrían a la mente de alguna manera.
Ahora por lo menos leía la Biblia y sabía que pronto sobrevendría el gran final, que para ella era el fin del olvido.
Sus nuevos amigos, aparecían cuando la tarde todavía era siesta y se sentaban a conversar de Dios como de un viejo conocido a quien a veces podía tutearse.
Para ella, sola, tener un conocido a mano era importante y no cualquiera, ella conocía a Dios.
Así fue pasando el tiempo, el verde del patio, las tardes de Biblia, la visita pautada de aquellos familiares que según le decían eran los únicos que tenía pero que no vivían en el pueblo y el mate de las cinco que no podía fallar porque era entre amigos.
Dejó de temerle a todo. Hasta dormía con la puerta abierta porque pensaba que nada podía pasarle que no fuera bueno.
Cuando percibió el aroma del aire todo cambió.
Era como si algo le avisara que pronto pasaría un suceso. No sabía de que se trataba pero estaba intranquila.
Apenas se levantaba se asomaba al patio y el olor la embriagaba.
Nadie lo sentía, solo ella. Por eso, cuando llegaron a visitarla para hablar de Dios, se sintió con derecho a decirles,- mis queridos, yo no recuerdo casi nada, pero hay algo que deben saber y que por alguna razón ustedes los con memoria no huelen... yo conozco el perfume de Dios.
Se miraron incrédulos.
-Pobre, dijo Matilde, está trastornada por la viudez; tantos años de estar juntos y con esa historia de amor atrás.
Ahí se calló porque no es bueno ni cristiano murmurar del prójimo.
-En fin, reanudó Ernesto luego de carraspear, ¿cómo es eso del perfume? La Biblia no dice que Dios use perfume, eso es para los muertos.
-Tampoco dice que no lo use, contestó ella.
-Es cierto, dijo Matilde, pero ¿cuál es la marca?
Eso sí era un caso difícil. Ni el Vaticano tenía patentado un aroma.
-Yo creo, dijo Matilde, que debes pensar lo que dices. Dios no huele.
-¿Cómo? contestó ella, debe oler puesto que el contrario huele a azufre. Yo digo que el aroma del pueblo es el perfume de Dios.
Cuando se fueron se sintió confundida. Era tan raro no acordarse de nada, ¿de donde había sacado ella lo del perfume de Dios?, ¿cómo explicar la vida sin recuerdos?
Se dirigió despacio hasta su cuarto y sacó una caja llena de objetos diversos.
Entre ellos, atesorado vaya a saber por qué había una botellita de Avant La Fete.
Seguro, pensó. Ahora lo tengo claro.
Mañana les mostraría el envase y no tendrían más remedio que convencerse.
Dios usaba perfume y el nombre se pronunciaba en francés, ¿porque si no era de Dios, de donde iba a sacar ella ese frasquito?.
Susana YÁÑEZ LATORRE.

domingo, 22 de marzo de 2009

"LAUCHA PRIETO" A ORILLAS DEL CEBOLLATI.

Foto del Laucha mirando a lo lejos, que para él "es cerquita". Foto Archivo Susana Yáñez.
"El Laucha", como conocen quienes quieren conocer a Oscar Prieto, hace a la Charqueda lo mismo que el nombre Gral. Martinez; le da identidad. Una conversación con él son muchas historias, risas desplegadas, acordes de guitarra, canciones entonadas. Iré colocando anécdotas y relevamientos con el Laucha de a poco, de la misma forma que se compone en la guitarra un triste, cuando se siente.
Luego de una mañana de investigación, recorrimos la costa del Cebollatí, hablando de estratigrafía, de las edades que podían leerse en los terraplenes. Nos acompañaba su perro Orestes y había viento.
El Laucha se apoyaba en un palo y con él señalaba. Pasamos bajo la "tumba de Tanaka", y la conversación derivó hacia el folklore. De lleno entramos en los "aparecidos" y la figura de "la llorona". Fue una mañana mágica. El Laucha, Orestes y el relato.
A la noche, comimos un asado en su casa con el negro Caco, "capinchero" de la zona que cada vez que me contaba un tema extraño me decía "usted está toreando al diablo Doña" y así, hicimos fila para comer porque el asado se sirvió en una tabla con un solo tenedor y un solo cuchillo para todos.
El Laucha tenía colgado un palo, lindo y extraño que le había regalado el río y el me lo regaló a mi. Está en mi casa, colgado donde están las cosas que me gusta resaltar porque les tengo afecto.

miércoles, 18 de marzo de 2009

PARA PENSAR.


Biblioteca inglesa después de un bombardeo.
Los debates sobre el rol de las Bibliotecas en la actualidad y en especial sobre la existencia del libro papel en el futuro, me hacen detener en esta foto, que no por histórica carece de prospectiva y repensar que en los peores momentos - descartando si funcionan o no los sistemas - la Biblioteca fue, es y será un lugar de privilegio.

viernes, 13 de marzo de 2009

Ildefonso Pereda Valdés. Las Motzartianas.


Susana Yáñez Latorre con Ildefonso Pereda Valdés.
"Me interesan profundamente los negros. Ud. los entiende maravillosamente". Gabriela Mistral.
Ildefonso Pablo Victoriano Pereda Valdés, nació en Tacuarembó el 6 de marzo de 1899 y murió en Montevideo en 1996.
Fue abogado, historiador, Representante diplomático, docente, crítico, pero sobre todo un consecuente investigador en el tema folklore, que al decir de Rodríguez Monegal, los franceses llamarían de "negritud". Tan abocado estaba al rastreo del saber popular, que presidió el Centro de Estudios Folklóricos del Uruguay, la Sociedad de Hombres de Letras y fue Miembro de la Sociedad Folklórica .
Parte de su obra muestra la tarea sistemática en esa área de investigación.
En 1981, se le otorga el Premio Nacional de Literatura. Pereda Valdés contaba ya con 82 años.
Uruguay vivía el gobierno del Teniente General Gregorio Älvarez y la Ministra de Educación y Cultura era Doña Raquel Lombardo de De Betolaza. No voy a hacer ninguna acotación al periodo que nombro porque no hace falta. El Premio fue revocado.
Se aludió a que la revocación era debida a fallas formales que pasaban por la no citación a todos los miembros del Jurado. Se realiza entonces una nueva votación y de los miembros de aquél Jurado que eran dieciséis, solo tres, Ángel Curotto, Luis Bausero y Eduardo Espina, mantuvieron el fallo a favor de Pereda.
Pero hubo trece, número fatídico si los hay para sentar a una mesa, que cambiaron su voto.
Alguien le dijo al viento, (que para el saber popular es una biblioteca) que en 1930, Pereda Valdés había escrito una poesía revolucionaria que celebraba un acontecimiento mundial. Según el diario "El País" del 27 de enero de 1982, "Ildefonso Pereda Valdés es comunista y ha dedicado alguno de sus poemas juveniles a la hoz y al martillo".
Pereda quedó sin premio hasta que se retoma el período democrático en que le fue devuelto. En "La Hora" del día 15 de noviembre de 1985, p.7 se expresa que " en la tarde de ayer fue entregado el premio de literatura a Pereda Valdés, que fuera anulado por el gobierno de facto en el año 1982, siendo restituido por el actual gobierno en 1985".
De más está decir cuanto valoro sus trabajos sobre folklore, sobre magia, sobre los negros y su cultura, cuanto valoro su conversación pausada y su falta de rencor por la quita de un premio que no creía merecer.
Conocí a Pereda en 1985, frecuenté su casa en charlas espontáneas y aprendí lo que a sus años me debía enseñar cuando ya había abandonado su profesión docente.
Y lo extraño, es que el único recuerdo gráfico de estos encuentros no fue a propósito de una charla sobre folklore sino para hablar de poesía y otros temas del hombre.
La última vez que lo visité, me leyó su Motzartianas.

jueves, 26 de febrero de 2009

El placer de investigar.

Eduardo Acosta y Lara me contaba mientras se reía contento fumando chala en el patio de la vieja Facultad de Humanidades y Ciencias que para el investigador, encontrar un dato equivalía a "comer faisán" .
Pasados los años, entendí que es sumamente gratificante encontrar un dato pero mucho más interesante es el proceso de búsqueda que nos lleva de archivo en archivo, de informante en informante, que nos enclaustra en conversaciones largas o breves sobre el tema buscado, para recalar , después de extensos silencios y monosílabos con los cuales el informante prepara la trama de su relato, en una inmensa playa de información.
El placer de investigar es, como el de aprender día a día, una sensación de saciedad hambrienta porque se sabe que detrás de ese dato está otro como detrás de una investigación hay otra en camino.
Andrés Henestrosa, vilipendiado por muchos por su origen indio nunca renegado, decía que cuando se tiene finalizado un trabajo se tiene también la sien preñada con otro.
A esas investigaciones puntuales, recavadas aquí y allá, dedicaré este espacio con el objetivo de que quien lo lea pueda aportar sobre tema tratado siempre algo más.

Investigando. Susana Yáñez Latorre.