La oralidad tiene garantía en el pueblo. Hay que saber escuchar.

domingo, 4 de julio de 2010






FOGATA DE LA COMPARSA

Fueguito que va cayendo en el desuso angustiando 
de no templar instrumentos porque ya vienen templados
parche que siente la ausencia de caricias en la entraña 
fogata de la comparsa,  fogata de la añoranza. 

Cual ceremonia pagana, bajo la noche estrellada 
acunada en los cordones relumbraba amontonada, 
bollo de papel al fuego, como bautizo de usanza 
era parte de la magia que los parches disputaban.

Se te extraña fogatita, por eso se te reclama
 por eso y por otras cosas que solo sabe quien ama
con la cabeza hacia abajo mientras dura la templada 
y la espalda en parapeto por si el viento la levanta.

Alumbre, alumbre moreno como si fuera candil
que enciende el negro que sabe como llama el tamboril,
por esas calles preñadas de comparsas por venir
con media luna en los ojos de un parche para batir.


Diario de Campo 2009 
Sentada en el cordón de la vereda, estoy mirando un negro viejo templar el parche de su instrumento. Le alcanza una hoja de diario a un niño pequeño , lo ayuda a formar un bollo de papel y lo alienta a tirarlo despacito al fuego. 
Después, muestra unos dientes enormes y se ríe con la emoción de haber dirigido un pasaje de umbral. El niño aplaude y hace gestos con la boca estirando los labios hacia atrás. Sabe que entró en una hermandad importante, la de los templadores. Sabe también que ya no quedan muchos fuegos para alimentar, que el parche viene templado, que no se necesita la fogata. Pero entró al sueño por la puerta grande, lo introdujo un templador de años y no se olvidará.

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