Una de las investigaciones más interesantes de relevar en la festividad de la noche de San Juan, o de verbena, es la creencia de que durante la misma florecerá la higuera. Tan improbable parece la idea, que así lo explica el refrán cuando advierte algo imposible, sentenciando que el hecho se cumplirá "cuando florezca la higuera."
"cuando florezca la higuera."
"Cuando florezca la higuera
voy a traerte un grillo violinero para
la
suerte...
Cuando florezca la higuera
voy a comprarte
una gallina grande de chocolate"...
La
higuera ha tenido un papel muy importante
en el folklore de todos los pueblos.
Sobre
este árbol, que muchos tienen por maldito se han tejido numerosas creencias
sobre todo con respecto a su florecimiento y a la convicción de que es habitada
por algo maligno.
Cuentan que Jesús la maldijo
cuando al ir de camino con hambre se acercó a ella y no tenía frutos y que la Virgen pasando montada
sobre el burrito rompió sus vestidos en ella y la maldijo diciendo que solo
florecería para anunciar el fin del mundo. Es también recordada como el árbol donde se ahorcó Judas .
De
todo ello, el folklore rescata el temor a
este árbol, la creencia de su
floración en la noche de San Juan, el
miedo a su sombra y el " aire " que puede producir cuando se duerme
bajo la misma
Sin embargo, los informantes se aprestan a declarar en variadas narraciones, no solo el hecho en sí sino el haberlo intentado y logrado sin haber enloquecido en la odisea. Así, se me narró que durante esa noche mágica hay que colocarse debajo del árbol con siete platos que estén sin pecar y en uno de ellos agarrar la flor.
Vamos teniendo en la idea tres conceptos importantes en el folklore: el número siete, los objetos sin uso a los que denominan "sin pecar" y la tarea lograda a pesar de los peligros que demanda.
. Cuenta las leyenda,
que la higuera florece por única vez en la víspera de San Juan, precisamente a
las doce de la noche, pero la floración dura solo unos instantes. Según se
dice, el que toma la flor se enriquece y es feliz para el resto de sus días.
Pero la tarea no es fácil y es necesario subirse al árbol y observar la rama
más alta donde aparece la flor.
Cercano
a las doce de la noche se oyen gruñidos, maullidos y gritos espantosos y según
se cuenta aparece el diablo.
Hay
que tomar solo una flor, colocarla en el pecho y después bajar del árbol.
Al
otro día la flor habrá desaparecido, pero el avezado tendrá fortuna y
felicidad.
Esta
idea de asociar la higuera con el diablo se da en forma casi constante en las
creencias así como la idea del diablo asociada al enriquecimiento rápido.
Ningún
informante alude a la pérdida de la salvación y casi ninguno a la venta del
alma como consecuencia de agarrar la flor de la higuera ni dicen si el diablo
menciona alguna proposición.
Existen otras variantes, para el folklore chileno,Vicuña Cifuente, (1954:p.188) releva que "En la noche de San Juan a las doce florece la higuera y quien la vea florecer muere."
Ambrosetti, recoge que “la higuera florece en Viernes Santo y da una sola
flor; como ‚esta es un gran payé, conviene recogerla. Para ello es necesario ir
solo con una sábana a las 12 de la noche, porque a esa hora cae al suelo; pero
el hombre debe de ser muy valiente, pues tiene que pelear por su posesión con
seres invisibles que lo tironean de la sábana."
AMBROSETTI, Juan B. Supersticiones y
Leyendas.(1917:p.74)
En noche de San Juan, pueden curarse distintas dolencias en niños,haciéndoles pasar tres veces a través de una rama hendida que juntan después. Sanada la higuera, sanado el niño. Deben recordarse las curas de hernia marcando la higuera. El concepto de transplante y de similitud están presentes.
Otra creencia es que durante la noche de San Juan, se puede aprender a tocar la guitarra.
Se cree que la persona debe colocarse bajo la higuera con una guitarra en los brazos, justo a las doce de la noche y que un ser misterioso pone las manos del postulante a músico en las cuerdas de la guitarra y por arte de magia se comienza a tocar.
Aquí vemos otra conexión con la figura del
diablo, a quien se lo vincula como buen profesor o dador de este don en las
Salamancas, y los cruces de caminos, y quien allí lo llame a las doce de la
noche, aprenderá muy bien el oficio de guitarrero.
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