SANJUANINAS
Las pasiones que quema la sanjuanina
no son de olvido fácil por lo
atrevidas
miradas que hace mucho yacen dormidas
revelan sus secretos en cedulillas.
Caminitos de brazas recién paridas
esperan peregrinos para la huída
de esos locos que amando más que a la
vida
cruzaran hacia el fuego de las delicias.
Fogata entre fogatas la sanjuanina
que crece lengua a lengua por las
esquinas
siendo faros de amores que al cielo guían
a los que se reencarnas en las
caricias.
Susana Yáñez Latorre.
Diario de
Campo Noche de San Juan
Hemos hecho una ronda en torno al fuego. Las caras muestran
un brillo encendido, parece que ardieran febriles y estamos agitados.
Tenemos dientes de ajo recién plantados y una gran cantidad de historias de folklore
circulan en la noche.
¡Quien tuviera tal ventura sobre las aguas del mar! Allí,
entre nosotros el pobre Conde Arnaldos ha sido convocado.
El vino se acuna en las copas y sangra en los labios. San
Juan es una noche mágica.
Corto una varilla de romero y la muerdo despacio saboreando
con placer. Lo han recogido por la mañana junto a otros yuyos que duermen en el
canasto.
Es hora de hacer pedidos. Clavo tu nombre cerca del mío en un
recodo de mi equilibrio y pido bajo pero con bríos que sean tus brazos que den
abrigo a esta silueta que va conmigo y reconozco si estoy contigo.
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